jueves, 7 de abril de 2011

La mesa de operaciones

(Por Amo AV)

Atada, con los ojos vendados y la boca amordazada, su coño es ahora el único contacto con la realidad. No siente nada más en medio de la oscuridad y el silencio. De vez en cuando solo escucha sus propios gemidos o una respiración entrecortada, la suya, porque un halo de silencio rodea los movimientos de su Amo.
Esta sentado frente a ella. Se ha limitado a ponerse unos guantes de látex y ni siquiera se ha quitado la corbata. La sumisa sabe muy bien que ahora su coño no es más que una mesa de operaciones. Siente el aliento de su Amo en él, una corriente cálida y perfumada que le hace segregar los primeros jugos. Sabe que sus labios están muy cerca de los de su boca, pero no siente nada más. Ya es prisionera de su deseo y cuando menos lo espera nota el dedo enguantado de su Amo acariciando su clítoris. Es un movimiento lateral con una ligera presión que provoca un nuevo gemido de placer. Súbitamente se detiene y nota ese mismo dedo entrar directo hacia su punto G, pero el masaje apenas ha durado unos segundos.
“Vamos, sigue, sigue…más, más!!!”, le gustaría gritar, pero sabe que ni puede ni debe hacerlo. Solo puede esperar, una espera que convierte cada segundo en un suplicio. Conoce a su Amo y sabe que estará contemplando su coño como un entomólogo contempla un insecto, con el interés y la desapasionada frialdad de un científico. Se convence aún más de ello cuando siente unas pinzas mordiendo los labios vaginales. Apenas puede apagar el grito de dolor y placer que ha sacudido su cuerpo. Todos sus músculos se han contraído y su coño se ha cerrado como si fuera una ostra amenazada. Pero enseguida vuelve a relajarse y a dejar que fluya el placer. Su Amo lo ha abierto de par en par y está soplando en las puertas de su coño como si de allí saliera una sopa de crema caliente. Ni todos los vientos del desierto podrían secar ahora ese coño de perra en celo. Los dos lo saben.
Ha metido tres dedos y empieza a follarla a un ritmo frenético durante pocos segundos, una insignificante fracción de tiempo que la ponen al borden del orgasmo, pero de repente ha parado en seco haciendo que estalle en un concierto de gemidos y lamentos. Y es entonces cuando nota el golpe; un golpe seco, certero y duro en medio del coño que le aplasta el clítoris. Su Amo ve caer el hilo de una lágrima por debajo de la venda que cubre sus ojos y sin inmutarse, forma una cuña con su mano y empieza a metérsela con pequeños giros a derecha e izquierda que abren su coño como una flor. Solo falta meter los nudillos y deja su mano quieta. No dará el último empujón por mucho que su sumisa levante el pubis. Sabe que quiere más, lo quiere todo, quiere la mano entera de su Amo acariciando sus entrañas y poniendo sus ovarios al rojo vivo.
Ha empezado a mover sus dedos dentro de ella como los tentáculos de un pulpo y siente una nueva oleada de fluidos empapando su guante. Sabe que ha llegado el momento y con una pequeña presión, entra la mano entera con una especie de ploff! que le pone la polla definitivamente dura. El coño de su perra abraza su muñeca y empieza a girarla con un movimiento  suave y constante que la llevan al paroxismo. Su mano es una presa conteniendo una riada de placer.
Sabe que su perra se ha corrido…


3 comentarios:

  1. Húmeda descripción que inunda todos los sentidos y translada al momento y lugar.
    Todo un placer.
    Cariños.

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  2. El placer es nuestro al comprobar que escribimos para ser leídos; para mí, la única vanidad tolerable.
    Gracias Sweet por tu comentario y por prestarnos tu atención.

    Amo AV

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  3. uuuuuuuuuuuuuuuuuuufffffffffffffffffffff,...cada dia dejo el mismo comentario...pero es que...es el que mejor describe lo que siento al leeros....uuuuuuuuuuuuuuuuuffffffffffff

    un abrazo y a seguir asi eh???

    gracias!!!

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