viernes, 14 de octubre de 2011

Premio Alma de sumisa


Soy una mujer sumisa…

No soy débil o estúpida. Soy una mujer fuerte, con pensamientos claros y un concepto definido de cómo quiero que sea mi vida.

Mi sumisión es un regalo que no doy a la ligera, sino que solo puedo dárselo a alguien que lo aprecie.

No sirvo a mi Amo por ser débil, sino por mi fuerza y orgullo.

Mi cuerpo es Suyo, mi mente es Suya, mi alma es Suya…

Si me dice que soy Su princesa, lo soy... Si me dice que soy Su juguete, lo soy…Su perra, Su felpudo...Tan sensual y lasciva como Él lo desea…y si otros no lo ven, es que están ciegos.

Él lo es todo para mí y yo lo soy todo para Él…y solo sirviéndole me siento completamente feliz…

Soy una mujer sumisa…

…Y estoy orgullosa de serlo…
(Fragmentos extraídos de la net. Autor desconocido)

Muchísimas gracias laprincesa {Celta) y dana en qarpatia por este precioso regalo, no sé si merecido o no, que ocupará un lugar de honor en nuestro pequeño rincón y en nuestros corazones…


Mi Amo, este regalo Te pertenece por entero…porque sin Ti, sin Tu paciencia, Tus enseñanzas, Tu disciplina y Tu amor, no hubiera llegado jamás a ser la sumisa que soy hoy…

Te adoro mi Señor…

Dulce {Adriano}

martes, 4 de octubre de 2011

Castigo



Cuando su Amo llega a casa, ella ya sabe lo que le espera…
Sin duda, está muy enfadado. Tiene el gesto duro, la mirada impenetrable y aprieta una y otra vez los puños, imaginando quizás, que tiene su cuello entre las manos…

Ha obrado mal…Ha desobedecido las órdenes de su Señor y sabe que tiene que pagar por ello…Y lo necesita…Necesita que el dolor limpie su culpa.

Se deja guiar por su instinto, se arrodilla en el suelo lo más sumisamente que puede y se inclina hacia delante levantándose la falda y ofreciéndole sus nalgas…

Desea agradar a su Amo…Desea demostrarle lo arrepentida que está…

Cierra los ojos y se muerde los labios esperando oír el sonido del cinturón deslizándose por las trabillas de Su pantalón…O quizás el giro de la llave del pequeño armario donde su Señor guarda la fusta…

Pero lo único que oye son los pasos de su Amo alejándose de ella...y una puerta que se cierra…



Dulce {Adriano}

sábado, 1 de octubre de 2011

En Tu montura...




Podría haber titubeado cuando soltaste mis ataduras y Te tendiste desnudo sobre la cama. Podría haberte preguntado qué deseabas…qué querías que hiciera en ese momento. Podría haberte pedido permiso para trepar a Tu montura…
Pero son tan grandes mis ganas de cabalgarte, tan grandes…que sin dudarlo un segundo, me siento sobre la aterciopelada firmeza de Tu vientre con la agilidad de una gacela…

Quizás esperabas esa reacción en mí…porque Tus manos, lejos de apartarme, se cuelan entre mis piernas, que se abren de par en par instintivamente como activadas por una memoria atávica. Serpentean hasta mis nalgas elevándome, separándome del contacto de Tu piel unos segundos eternos, para dejarme caer con suavidad en el centro de Tu montura…clavándome certeramente en Tu cetro…

La sacudida que provoca la descarga a Tu contacto, activa el movimiento de vaivén de mis caderas, que bailan frenéticamente sobre Ti en una danza ancestral y salvaje, al ritmo de la música de nuestros propios cuerpos…

Apuro hasta el límite mi improvisada libertad. Tal vez sea la única vez en que me esté permitido. Por eso me sujeto, ahora que puedo, con las uñas a las riendas de Tu agitado pecho y Te cabalgo…

Te cabalgo con furia en una carrera loca…como la más experta amazona…como Atila en su caballo…como los cuatro jinetes del Apocalipsis…

Te cabalgo hasta que mis espasmos hacen que me sea imposible mantener el control de mis caderas…hasta que mi espalda se arquea y mi placer se derrama en Tus muslos…hasta que con un gemido casi gutural, desplomo triunfante todo el peso de mi deseo, sobre las marcas de mis uñas en Tu pecho…


Dulce {Adriano}