Según cuenta una antigua leyenda oriental, un hilo rojo invisible atado al dedo meñique, conecta a aquellos que están destinados a encontrarse…
Esta creencia comenzó cuando se descubrió que la arteria ulnar une el corazón con el dedo meñique; de esta forma se empezó a creer que este dedo unía a los corazones.
Incluso durante el Periodo Edo (1603 a 1867) algunas mujeres se amputaban el dedo meñique para demostrarles su amor a sus maridos, ya que esto se consideraba un símbolo de completa lealtad.
El texto de esta leyenda, dice así:
“Un hilo rojo invisible conecta aquellos que están destinados a encontrarse, a pesar del tiempo, del lugar, a pesar de las circunstancias…El hilo puede tensarse o enredarse, pero nunca podrá romperse…"
Nadie podrá jamás conocerme como Tú,
Porque solo ante Ti puedo desnudar mi alma sin pudor…
Porque Tú eres el único que sabe ver como soy…
Nuestro hilo rojo es fuerte y resistente como una maroma,
Y me unirá a Ti por siempre…
…Y para siempre…
Dulce {Adriano}
Ese hilito...
ResponderEliminarLa suerte es que jamás de los jamaces jamaiquinos (jijiji) se rompe...
¡Qué bendición!
Cariños preciosa.