- “Tengo un nuevo encargo para ti, perrita. Mañana a primera hora de la mañana, te llamaré y te diré qué debes hacer exactamente. Descansa zorrita mía…”
Si en algo es experto mi Señor, es en dejarme en ascuas. Disfruta enormemente dejándome ansiosa por saber…
He dormido poco. Mi cabeza no paraba de dar vueltas pensando en qué nueva prueba se le habría ocurrido a mi Amo para Su perra, y mi coño adquiría vida propia con cada nueva posibilidad que imaginaba…
Supongo que ese es Su objetivo…Que me relama y babee pensando en qué me ordenará hacer esta vez…
Estoy desde bien temprano aguardando Su llamada, hasta que después de dos horas de larga espera, suena el móvil…
- “Buenos días perrita…”
Una punzada en mi coño hace que la sangre empiece a agolparse en él. La voz de mi Amo siempre produce ese inevitable efecto en mí…
- “Escúchame atentamente… ¿Recuerdas ese cordón trenzado que te hice comprar hace unas semanas y que te dije que guardaras hasta el momento adecuado…?
El cordón que mi Señor me ordenó comprar, es suave y flexible, muy similar al que llevan algunos nazarenos en la cintura…
- “Sí, mi Señor…”
- “Pues bien…Ese momento ha llegado. Vas a desnudarte y vas a rodear tu cintura con él. Hazlo de tal forma que puedas pasarte los dos cabos entre las piernas. Clávalos bien en tu coño, entre los labios y a ser posible, quedando tu clítoris entre ambos. Luego vuelve a atar los cabos a la cintura. Una vez hecho esto, vístete; ponte una falda o vestido corto y unos zapatos de tacón. Maquíllate. Y nada de ropa interior. Tienes media hora para hacer todo eso. Transcurrido ese tiempo, volveré a llamarte para seguir dándote instrucciones…”
Rauda y veloz sigo al pie de la letra todas las instrucciones que me ha dado mi Señor. Ato el cordón a mi cintura y entre mis piernas como me ha ordenado y escojo una minifalda negra y una camisa blanca, que tengo que dejar por fuera para disimular el recorrido del cordón que se dibuja en mi falda.
Una nueva llamada de mi Amo, continúa con las instrucciones…
- “Bien perrita…Ahora vas a irte al centro comercial. Olvídate de ir en coche o en autobús. Vas a ir caminando. Cuando hayas llegado, te diré que has de hacer…”
El camino al centro comercial se me hace un auténtico suplicio… Los zapatos, a pesar de ser bastante altos, no son incómodos y tampoco hace un excesivo calor. No en el exterior al menos…Pero entre mis piernas hay un autentico infierno en llamas. El roce del cordón masajeando y presionando mi clítoris durante el kilómetro y medio de camino, me está volviendo loca.
Los últimos metros parecen interminables. Tengo que parar varias veces, sofocada y jadeante, para evitar un inminente orgasmo…No tengo Su permiso para hacerlo… Y no veo la hora de llegar para recibir Su llamada y suplicarle que me permita correrme…
Nada más atravesar la puerta, vuelve a sonar mi móvil. Descuelgo y contesto con la respiración entrecortada…
- “Mmmmm…Iba a preguntarte cómo estás perrita…pero oyéndote, sé perfectamente la respuesta…Estás deseando correrte, verdad…?
- “Siiiii Señor, por favor…”
- “Ve a uno de los aseos…”
- “Gracias Señor, gracias, gra…”
- “Shhhhhh…cállate perra y escúchame. Ve a uno de los aseos y quítate el cordón. Guárdalo en tu bolso. Sal y siéntate en la cafetería en una de las mesas del fondo mirando hacia la puerta y abre bien las piernas. Quiero que todo el que pase por la puerta pueda ver el coño de mi perra babeando y deseando ser follado…Obedece putita mía…y tu Amo te dará tu ansiado premio…”
Dulce {Adriano}
hay que ser valiente.
ResponderEliminaryo no me atreveria a hacerlo....
me encanto¡¡¡
besos de una kajira
Siempre pensamos que nunca haríamos X cosas por nada del mundo y cuando te das cuenta, lo estás haciendo...Ese es el poder que tiene nuestro Amo sobre nosotras...Eso es la sumisión...
ResponderEliminarUn beso attella{C2}
Dulce{Adriano}