miércoles, 30 de marzo de 2011

Cena con mi sumisa

Mi perra ha vuelto a estar a la altura de las circunstancias. Hoy se ha portado. Esta tarde ha chupado más dedos que en toda su vida y se ha corrido en el arcén de una carretera en medio del fragor del tráfico. Yo también lo he hecho, pero quiero más. Quiero extender sus fronteras como si fueran las de su mismísimo coño. Me he propuesto que su coño le llegue a las pestañas…
Diossss!!!...A veces pienso que me paso tres pueblos, pero no; hoy la he visto disfrutar como una perra,  con una mezcla de angustia en los ojos. He sentido su deseo desbocado porque sabe que nunca traspaso sus límites. Solo de pensarlo me empalmo como un recluso desesperado.

Me empalmo como estoy ahora, disfrutando del baño caliente que me ha preparado después del almuerzo y de la sesión de esta tarde… Mmmm…el agua está  a la temperatura que me gusta. La oigo trastear por la casa, ajena a lo que le aguarda esta noche. Las pompas de jabón estallan sobre mi polla mientras pienso que no hay límites para el placer consentido. Me acaricio casi con desgana, jugueteando con ese periscopio que asoma entre la espuma…
Es hora de salir. 
-          “Perritaaaa… ven a secarme!”- La llamo y acude rauda, alegre y silenciosa...
Nada más ver la erección con la que emerjo del agua empiezan a brillarle los ojos.
-          “Por favor, mi Amo, por favor, déjame lamer tu polla”- implora.

-          “Shhh…ahora no, aún no es el momento. Limítate a secarme, ¿Has preparado mi ropa?”-  le pregunto.

-          “Si mi Amo”- contesta con un rictus de desilusión- “Tienes listo tu traje oscuro, camisa blanca, y la corbata a rayas azul y negra que te regalé en Londres”- me dice.
La toalla es una sedosa prolongación de sus manos secando mi escroto. Se está excitando, me implora con la mirada mientras me seca la polla con la delicadeza de una geisha, pero corto por lo sano.
-          “Vamos perrita acaba ya. No tenemos tiempo”- le digo mientras levanto su cabeza cogiéndola por el mentón con toda la ternura de la que soy capaz- “Esta noche quiero verte espléndida”-  Mi voz es casi un susurro - “Vamos a cenar con unos señores que has conocido en el almuerzo y voy a enseñarles que mi perra no tiene precio. Quiero que te pongas un vestido negro corto y tacones y, por supuesto, nada de bragas. ¿Entendido?”
Y aunque asiente con la cabeza, yo sé que una descarga de inquietud recorre su cuerpo.



-          “Muy bien perrita,- le digo en el ascensor que nos conduce al restaurante panorámico donde he citado a los dos hombres que me han ofrecido mil euros cada uno por usar a mi sumisa - “Vas a cenar sola en la mesa que he reservado para ti enfrente de la nuestra. Limítate a mirarnos y a abrir tus piernas de vez en cuando para que mis comensales intuyan la preciosidad de tu coño. Cuando te haga una señal nos seguirás. ¿Has entendido?”

-          “Sí, mi Amo”- me dice con un hilo de voz.
La cena transcurre dentro de los convencionalismos de rigor y en medio de las miradas furtivas que mis dos contertulios le dedican a mi perra.
-          “Bueno, señores - les digo después de que el camarero nos sirva el café y los licores- Ya han visto suficiente el coño de mi perra. Convendrán conmigo que es una mujer excepcional. No?”

-          “Buufff…-resopla uno de ellos - me he pasado toda la cena empalmado. Quiero tenerla ahora mismo...”


-          “No tan deprisa - le digo -  Antes quiero ver los mil euros que estáis dispuestos a pagar por ella”.
Los dos echan mano a la cartera, pero cambio de opinión…”Aquí no”, les digo. Me levanto y voy en busca del maïtre, un viejo conocido. Le meto un billete de cincuenta euros en el bolsillo mientras le susurro que el cuarto de baño estará inutilizable hasta que salga de él con mis acompañantes y mi perrita.
Pido la cuenta de las dos mesas, pago y con un movimiento de cabeza les indicó a los tres que me sigan. Cierro la puerta del cuarto de baño, una estancia a mayor gloria del ambiente Zen, música ambiental, velas aromáticas, bambús y mamparas de cristal con cortinas de agua. El escenario ideal para que mi perra despliegue sus encantos.
Sin más preámbulos doy las órdenes precisas.
-          “Arrodíllate perrita, súbete la falda y muéstranos tus senos…Ahora ponte a cuatro patas”….
 Aunque mis compañeros llevan casi toda la velada empalmados, ahora soy yo el que tiene una erección fulminante. Noto mi polla abrirse camino entre los pliegues de mi pantalón y ya no hay tiempo que perder.
-          “Bien, señores, este es el material de primera por el cual están dispuestos a gastar mil euros, ¿no es así?”
Una pregunta retórica cuya respuesta conozco. Asienten con la cabeza mientras acarician sus pollas por encima del pantalón.
Mi sumisa no ha levantado la mirada del suelo, y noto que un temblor sacude su grupa cuando me oye decir “sacad vuestras pollas”, lo cual hacen sin apenas darme tiempo a terminar la frase.
-          “Muy bien, esto es lo que va a pasar…Os vais a guardar vuestro dinero porque mi perra no está en venta; mi perra no tiene precio para mí. ¿Cuánto vale la confianza y la voluntad de una sumisa?”- les pregunto.
Pero se han quedado a cuadros y no saben de qué coño les hablo mientras acarician sus pollas nerviosos. Paso la mano por el coño de mi perra y la empapo bien con sus jugos. Está excitada como una cierva en medio de una berrea.
-          “Y ahora - les digo mientras les extiendo la mano - oled lo que os vais a perder”. Los muy cerdos, no sólo me huelen la mano, sino que empiezan a darle lametazos… “Ya está bien”-  exclamo. “Y para que veáis cuanto valoro la obediencia de mi perra y cuanto desprecio vuestro dinero, voy a permitir que os la chupe y os corráis en su cara mientras yo le doy por el culo delante de vosotros”.

-          “Eres un embaucador AV- me dice uno de ellos- Yo me la quería follar, pero si no hay más remedio me conformare con correrme en su boca. No puedo más…”.


Acerco mi boca al oído de mi sumisa y le susurro la última orden:
-          “Vamos putita, complace a tu Amo con estos señores. Haz que se corran como tú sabes hacer y disponte a recibir a tu Amo por ese culo de perra salida e insaciable que tanto me gusta”.
Apenas emite un gemido mientras asiente con la cabeza, porque ya siente dos pollas frotándose contra su cara. Abre la boca y empieza a succionar. Me arrodillo detrás de ella, saco mi polla y me dispongo a taladrar su culo como si llevara una tuneladora. Sé que vamos a disfrutar los dos...


6 comentarios:

  1. Interesante rumbo tomaron sus líneas...
    Una vez más, un placer leerlos.
    Uff!

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  2. El placer es nuestro...Nos alegra y halaga mucho veros por nuestro rincón...
    Un beso para ti y mis respetos a Martxel.

    Sumisa D{AV}

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  3. Sublime. ¿Qué más puedo decir?

    Un saludo a los dos.

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  4. Tan solo pedirles, que no dejen de compatir sus excitantes letras con nosotros...mmmmmmmmm...me ha encantado.
    Un abrazo

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  5. Siii Qarpatian, como todo lo que hace mi Amo...al menos para mí.
    Le doy las gracias en Su nombre, que anda un poco liadillo.
    Mis respetos hacia usted.

    Sumisa D{AV}

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  6. Buffff...Si tenemos carrete para rato...Y además nos encanta teneros como lectores y amigos. Te doy las gracias tambien en nombre de mi Amo...
    Un abrazo dánae.

    Sumisa D{AV}

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