jueves, 31 de marzo de 2011

La tienda de mascotas


A simple vista, el local del toldo rojo que hay al final de la calle, parece completamente normal. En su amplio escaparate se exponen toda clase de accesorios para mascotas, colocados cuidadosamente por tamaño y utilidad.
Lo verdaderamente peculiar está en su interior…
Tras el mostrador del fondo se encuentra arrodillada Marie, con la cabeza baja y su melena rojiza enmarcándole el rostro...con la mirada fija en un papel que sujeta entre las manos y que lee cien veces al día por encargo expreso de su Amo Etienne y dueño de la tienda de mascotas. Marie desliza sus ojos verdosos una y otra vez por la letra  manuscrita y en tinta roja que contiene el papel:
1.     Permanece arrodillada y en silencio tras el mostrador, mientras esperas la llegada de los clientes.
2.    En el caso de que llegue alguno, abandona tu posición y avanza a cuatro patas como la perra que eres, para atenderlo.
3.    Si el cliente pide tu ayuda, ofrécesela en todo lo que necesite…Y si ese todo significa probar en ti misma cualquier accesorio, hazlo…
4.    Nunca y bajo ningún concepto, mires a los ojos de ningún cliente…
5.    Y por último y sobre todo…Que no llegue a mis oídos que alguien te toca, porque pagarás muy caras las consecuencias de ser una zorra.
Al sonido del tintineo de las campanitas de la puerta, Marie deposita el papel en el mostrador y se pone en marcha. A gatas y con movimiento felino, avanza hacia el primer cliente de la mañana.


Se detiene al llegar a los pies del hombre. Con la mirada clavada en sus zapatos y con su tono dulce y susurrante, le hace la pregunta de rigor:
-          “¿En qué puedo ayudarle señor...?”
El hombre, que la mira absorto ante tanta sensualidad, tarda varios segundos en reaccionar antes de contestar:
-          “…Verá…Acabo de adquirir un cachorro…Nunca había tenido ninguno, así que me gustaría que me aconsejara sobre qué artículos necesito para atender sus necesidades…”

-          “Con mucho gusto señor...Empezaremos por el collar, si le parece…”
Marie se acerca al soporte con pie y ganchos que hay a uno de los lados del mostrador, de donde cuelgan collares de todos los tamaños y colores, y le pide al hombre que elija los que más le gusten. Se sienta sobre sus pies y toma el primero de los tres collares que el cliente ha elegido. Por primera vez, el hombre repara en que lleva un collar similar a los que vende, con la diferencia de que en el suyo lleva una pequeña chapa plateada con algo escrito. Marie desliza su collar hacia la parte superior de su cuello, dejando libre la parte inferior y comienza a probarse los collares que el cliente ha elegido. Al hombre le resulta difícil decidirse…Quedan todos tan bonitos en ese cuello… Pero al final se decide por el azul…
Una vez elegido el collar, Marie se dirige al otro lado del mostrador y continúa:
-          “Aquí mismo están las camas para mascotas, señor. Están rellenas de una lámina de foam de 5 cm de grosor y forradas con el tejido más resistente…Y además, son muy cómodas y acogedoras – dice mientras se recuesta en una de ellas…
Cuando Marie se dispone a recostarse en la segunda cama para mascotas, el hombre le pide que no lo haga:
-          “No es necesario señorita…Me quedo con ésta…- le dice haciendo verdaderos  esfuerzos por no lanzarse sobre ella…

-          “Como guste señor…Ahora le mostraré los platos que tenemos para el alimento de su mascota. Están al otro lado de la tienda…Si es tan amable de seguirme por favor…”
El hombre sigue a Marie, que se contonea como una gata, sin poder apartar los ojos de sus bien torneadas piernas.  Al llegar a la estantería llena de platos y cuencos de colores, Marie continúa la con la información:
-          Como verá, los tenemos con mayor profundidad para el agua y algo más llanos para el pienso…aunque si su mascota es de orejas largas, es mejor dejar el más llano para el agua, así se las mojará menos que en el plato más profundo, al tener que introducir menos la cabeza para beber…

-          ¿…Ve señor…? – le explica mientras se inclina sobre el plato, mostrando involuntariamente al hombre el inicio de sus nacaradas nalgas, por debajo de la faldita tableada que le ha ordenado Etienne ponerse hoy …
El hombre no resiste más y extiende su mano rozando las nalgas de la distraída Marie, que continúa con la cara metida en el cuenco...El teléfono suena a la misma vez que Marie se sobresalta por el leve roce. Al otro lado del auricular, suena la voz de Etienne:
-          “¿¿Es que no sabes leer, zorra??...¿¿¿Qué pone en el punto cinco…Dime, qué pone????

-          Lo siento mi Amo…Yo…

-          “Calla puta…Prepárate para la que te espera, porque voy de camino…Ahh…y dile a tu amiguito que pase a la trastienda. Nos vamos a divertir mucho…”

4 comentarios:

  1. Aysssssss Uds. con sus relatos!!!!
    Son aquí las 7:33am y ufffffffffff, creo que ya necesitaré otro baño, jejejeje.
    Mis cariños.

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  2. uuuuuuuuuuuuuufffffffff....precioso relato...siento una curiosidad....por saber que pasara en la trastienda.....

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  3. Mmmmm...Espero que hayas disfrutado de tu baño entonces...
    Un besito Sweet...

    Sumisa D{AV}

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  4. Hmmm...Eso digo yo...Qué pasará...??Será cuestión de mirar por alguna rendija ;)
    Muchas gracias por leernos dánae...
    Un besote...

    Sumisa D{AV}

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